Yo creo que es idiota quien quiere hacer crecer el sol de la ceniza

El amor salva de la tumba oscura que dormita en la mente.

Salva de la ceguera y del vacío,

de la muerte que respira,

de perder la piel.

 

Un desierto frente a mi corazón sigue creciendo.

Me he quedado sin la última hebra de la madeja.

Me dueles.
Hoy me dueles mucho.
Pero este dolor se está haciendo lejano, se está volviendo distinto.
No es ya una espina de hielo atravesándome el corazón de lado a lado.
Es más bien como una sombra de humo que se enrosca arriba del ombligo, por dentro.
Una sombra sin forma definida, que se estira por el cuerpo
y luego se recoge.

Sigo pensando que es muy triste perdernos mutuamente,

Olvidarnos,
Vaciar nuestros cuerpos del olor del otro
Pero más y más lejos se va la esperanza.
Es una idea muy tenue, una burbuja que no brilla.
 
Sé que es hora de irse.
Que ya no tengo que tocarte más las manos.
Que mi corazón tiene que dejar de esperar lo que nunca ha llegado.
Tú sabes cuán difícil es este momento.
No llueve ni se asoma el amor del sol a despedirnos.
 
Gracias por los días que vivimos felices
Que fueron pocos
Pero tan buenos y completos como las olas del mar.
Gracias por los besos, por la hija,
Por las grandes carcajadas,
Por la distancia que permite que aprenda de nuevo a beber el aire.

(agosto 2010)

Tengo aún
todo aquello
que antes florecía

Las nuevas tareas

Se nos acabó el silencio cómodo, la complicidad frente a las ventanas,

el aire que silbaba tenuemente entre nosotros.

Las nuevas tareas nos han agotado,

exprimieron el amor, los besos,

las alegres caravanas, las sonrisas nocturnas,

el abrazo solidario.

Quien hubiera dicho que esta estrella reluciente, tibia,

encantadora, fusionada

requeriría que nosotros

desapareciéramos

y fuéramos de hoy en adelante

solo tu y yo.

Polvo de estrellas

Como recuerdo el día en que tu boca
Se entregó a mi boca
Como un río de leche bañado de espuma

Había que correr desesperadamente hacia cada encuentro
Y embriagarse de sueño y bienvenidas

La noche con su risa completa
Llena de dientes y saliva

Y tu cuerpo como un sol multicolor y rabioso
tratando de engarzar los resplandores

Aguacero

Se me han roto hasta el último pétalo
Y las membranas
Desde que entendí
Que no soy tu princesa

Que no soy en tu piel
El amor glorificado
Ni tu alma quiere
Mi huella en su tranvía

La soledad se acuchilla
Y llora por tu nombre
Y porque nunca antes
Estuve tan desnuda

No tocas
mis cabellos
como antes
diciéndome palabras

Sé que podemos mantener
Esta costumbre
De querernos apenas

¿Pero cómo le diré a mi corazón
que no existen las estrellas?